FACTORES DE RIESGO DE ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES

Los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares se dividen en modificables y no modificables. Los principales factores modificables, responsables de la mayor carga global de enfermedad cardiovascular, incluyen hipertensión arterial, dislipidemia (especialmente elevación de LDL colesterol), diabetes mellitus, obesidad (particularmente el aumento del índice de masa corporal), tabaquismo, dieta poco saludable, inactividad física y exposición a contaminantes ambientales como la polución y el plomo. El control insuficiente de estos factores, incluso en rangos subclínicos (por ejemplo, prehipertensión o prediabetes), incrementa el riesgo de eventos cardiovasculares.
La hipertensión, la hipercolesterolemia, la diabetes y el tabaquismo son los factores tradicionales más relevantes, presentes en la mayoría de los pacientes que sufren eventos coronarios o cerebrovasculares. La obesidad y el síndrome metabólico, que agrupan alteraciones como la resistencia a la insulina, hipertrigliceridemia y aumento de la circunferencia abdominal, también contribuyen significativamente al riesgo. El consumo excesivo de alcohol y los factores dietéticos, como bajo consumo de frutas, verduras y ácidos grasos poliinsaturados, y alto consumo de sodio y grasas saturadas, son determinantes adicionales.
Entre los factores no modificables destacan la edad avanzada, el sexo masculino y la historia familiar de enfermedad cardiovascular prematura. Además, ciertas condiciones específicas, como la menopausia precoz, antecedentes de preeclampsia, enfermedades inflamatorias crónicas (artritis reumatoide, lupus), insuficiencia renal crónica y algunas etnias (por ejemplo, ascendencia surasiática), aumentan el riesgo.
Finalmente, los factores psicosociales, como el estrés, la depresión y el bajo nivel socioeconómico, han demostrado asociación independiente con el riesgo cardiovascular, especialmente en mujeres. La suma y coexistencia de varios factores incrementa el riesgo de manera sinérgica, lo que justifica la evaluación integral y el abordaje multifactorial en la prevención.

REFERENCIAS